Aprendizaje desde la cultura digital: una mirada al PLE y al MOOC
Actuar, crear, comunicar, construir, investigar, interactuar,… podemos
citar infinidad de acciones que facilitan nuestro aprendizaje. Como sabemos,
todas estas son inherentes en el ser humano y por ende, se generan en la vida
cotidiana que va más allá del espacio educativo.
Empiezo con esta reflexión para señalar que muchas de nuestras acciones
diarias que nos permiten aprender, ya sea de forma intencional o por pura
casualidad, se pueden reunir e interactuar de forma conjunta en espacios
virtuales. Es decir, en un ecosistema como lo es el PLE. Es así como lo intenta de definir Fernando Santamaría, quien agrega que “el PLE es un conjunto
de herramientas y cuestiones vitales para gestionar tu propio conocimiento”
(Santamaría, 2010). Por su parte Jordi Adell señala que el PLE vendría hacer “un enfoque de aprendizaje,
no es una plataforma. Es una manera de entender cómo se aprende, es un aprendizaje
informal. Ambos autores coinciden que el PLE permite que la persona tenga
elección de poder elegir las herramientas, elementos, artefactos que le puedan
servir para su propia gestión del conocimiento. Asimismo, el PLE solicita que
el estudiante se responsabilice por su propio aprendizaje.
Con respecto al MOOC, se vincula con los cursos online abiertos. Se
dice que el MOOC genera la participación en un entorno de aprendizaje en red.
Además:
“En un MOOC no hay exámenes, ni un calendario. El facilitador
(institución o persona que lo organiza) propone tareas, y los participantes
responden enviando sus colaboraciones y publicándolas. Un MOOC está
distribuido, por lo que el curso se desarrolla en varios sistemas de
publicación de texto, imágenes o vídeo, blogs y redes sociales. La intención
principal es establecer una red de personas y aprender con ellas y de ellas”.
(APRENDE SOCIAL)
Tanto el PLE como el MOOC son
parte de la sociedad actual y, de alguna u otra forma, permiten que el
estudiante esté en un constante aprendizaje (in) formal a partir de la
participación: consumidor y productor de información (Adell; en Clarenc, 2011).
En ese sentido, tendríamos que preguntarnos ¿qué rol cumpliremos, como
educadores, en esta sociedad digital? R. Gerver (2012, abril) responde que:
“Los profesores nos tenemos que ver como facilitadores, como expertos
en ayudar a los jóvenes a entender conceptos complejos, de manera profesional,
pero asumir que ahora adquieren conocimientos de muchas maneras. La clave está
en hacer ver a alumnos que lo aprenden a través de la tecnología tiene un uso
en la vida diaria, que sirve para su evolución. Los profesores han pasado de
ser los que les dan conocimientos a los que les dan capacidad para aprender por
sí mismos.”
Este postura nos invita a reflexionar sobre nuestra labor como
educadores y sobre cómo podemos enseñar en contextos actuales.
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